Señores y señoras, aunque no os lo creáis, todas las fotos que hacéis en formato RAW están desenfocadas. Y los que disparáis en jpeg, tendréis las fotografías más enfocadas, pero estropeadas por aplicar, desde la cámara, una de las herramientas más destructivas del mundo digital: la máscara de enfoque.
Todo surge de la necesidad de poner, delante del sensor, un filtro conocido con el sencillo nombre de antiAliasing, cuya función es, realmente, desenfocar la imagen que llega al sensor para evitar que patrones regulares generen en el mismo el temido moiré, que no es otra cosa que una trama que se forma en los detalles finos, distorsionándolos.
La idea es simple y genial, sobre todo para solucionar un problema inherente de la disposición Bayer de la mayoría de los sensores. Es un filtro transparente, con una superficie rugosa e irregular, que desenfoca la información a nivel píxel. Esto provoca una disminución de la resolución que hay que corregir con algún programa para conseguir la mayor calidad posible.
Muchas marcas han empezado a prescindir de dicho filtro en algunas de sus cámaras más punteras, desde Leica, con sus excelentes cámaras de la serie M, hasta Nikon, que con la nueva D800E está ganando todos los premios de resolución. Otras, como Sigma, cuyos sensores tienen una construcción que no depende de la matriz Bayer, los famosos FOVEON, no incorporan tampoco este devorador de nitidez, pero dicen que provocan más ruido con altas sensibilidades. Nos queda la opción de llevar nuestra querida cámara a un servicio técnico y que nos quiten el dichoso filtro, mas no deja ser una solución arriesgada y cara.
Realmente, el efecto moiré no se suele dar en las fotografías de la naturaleza donde es difícil encontrar patrones tan finos, pero en arquitectura puede suceder con mayor frecuencia, pues los edificios, por ejemplo, están llenos de detalles repetitivos. Ante la ausencia de filtro en busca de una mejor resolución, muchos programas están empezando a incorporar un comando antimoiré, que utilizaremos sólo cuando lo necesitemos.
Cómo conseguir la mejor nitidez antes de disparar
Y después de esta pequeña introducción vamos a ver cómo podemos conseguir la mejor nitidez en nuestras fotografías:
- Es muy importante tener los mejores objetivos que nos permitan nuestros bolsillos. Para este menester, son más importantes que un buen sensor, incluso. Por supuesto, deben estar acompañados de sus respectivos parasoles, y en la medida de lo posible, evitar los filtros que protegen la lente frontal pero estropean su calidad final.
- Las cámaras digitales, esos pequeños ordenadores que intentan actuar con total libertad, tienen una serie de menús que deberíamos conocer. Una de las opciones que tienen escondidas es Nitidez. Este parámetro habría que borrarlo o eliminarlo, por el mal que hace. Pero puede llegar a ser útil. Si disparamos en jpeg, lo mejor es dejarlo al mínimo; pero si trabajamos en RAW, como es algo que no le afecta, podemos subirlo un poco para comprobar, más fácilmente, que el enfoque óptico está bien en las pantallas LCD.
- No podemos olvidarnos de disparar con la cámara en un trípode. Y quien trabaja con trípode necesariamente necesita un disparador para evitar tocarla.
Cuándo y cómo aplicar una máscara de enfoque
Cuando descargamos las imágenes en el ordenador y las vemos en la pantalla del ordenador, es muy probable que las veamos suaves, sin fuerza. Por eso estamos obligados, muchas veces, a enfocarlas a través del software. Al ser un proceso que afecta a todos y cada uno de los píxeles, debemos hacerlo al final de todo el proceso. Cuando hemos conseguido la copia perfecta después de un buen revelado, seguiremos estos pasos:
- Guardarla en el disco duro, como imagen terminada (muchos guardan el archivo con todas sus capas y a 16 bits, pero eso es otra historia de la que ya hablaremos). Personalmente guardo mis archivos en formato TIFF a 8 bits. Si por algún motivo no me gusta el trabajo que he hecho, siempre puedo volver al RAW original que tengo bien guardado.
- Cuando sepamos el tamaño final de la impresión que vamos a hacer, duplicamos la imagen, y cerramos el original. Siempre hay que enfocar una copia. Jamás el original. Con las cámaras actuales hay que empezar a pensar en enfocar si supera los 20×30 cm. Para copias más pequeñas no tiene sentido, y siempre podemos acudir a Claridad, que aumenta la sensación de acutancia.
- La copia la reduciremos o ampliaremos, según las necesidades. Es muy importante hacer correctamente este paso. Una de las claves del éxito o del fracaso de la nitidez final está aquí. La interpolación ya la traté en este artículo.
- Si la fotografía está en jpeg, y no sabemos si la cámara ha aplicado enfoque por su lado, es mejor que dejemos las cosas tal como están. Un enfoque excesivo es un gran problema.
Ahora y sólo ahora, enfocaremos la fotografía con alguno de los diversos métodos que veremos en los siguientes artículos sobre el tema. Hace tiempo publiqué la técnica de Mellado, y próximamente veremos muchos más.
Un comentario sobre “¿Por qué hay que enfocar nuestras fotografías en el ordenador?”