La fotografía no es amiga de las prisas. Ahora es más importante la conectividad de una cámara que su calidad de imagen. Al fin y al cabo muchos piensan que sólo es un recuerdo y que no hace falta tener ningún cuidado. Hoy la precipitación es un don. Sólo piensan en enviarla por las redes sociales y mostrar al mundo qué hacen o dónde están.