No me gustan los consejos que dan en muchos medios para hacer mejor las fotos en Semana Santa, por ejemplo, olvidándose de una cosa fundamental a la hora de hacer fotos: no hay reglas.
Cada uno es libre de hacer los disparos siempre y cuando sean correctos. ¿Y cuándo son correctos? Cuando el autor puede defenderlas. Si todos hiciéramos lo mismo, seríamos puros academicistas. No estaría mal, pero seríamos tremendamente aburridos.
Durante muchos años hice las mismas fotografías en la Semana Santa del pueblo de mi padre, Villalbilla. No es que destaque especialmente en este pueblo perdido de la dura y seca Castilla, pero tienen una fuerte carga sentimental para mi, pues mi abuela era fiel devota de su cristo.
El año pasado – este año mis obligaciones me lo han impedido- hice esta serie que veis aquí. Harto de hacer siempre lo mismo, decidí armarme de un flash en la mano y disparar como si fuera Bruce Gilden, pero sin su punto de grosería y falta de respeto.
No sé si os gustará el resultado, pero quería hacer algo nuevo, y por primera vez conseguí algo que me pasaba de pequeño. Las imágenes me dan miedo, por el uso de la luz baja y esos rostros asustados por un flash inesperado.
Lo que sí sé es que me lo pasé muy bien, a base de ensayo error durante tres días de procesiones poco multitudinarias, pero tremendamente productivas.
Sólo separé el flash de mano de la cámara con un emisor y un receptor, un 35 mm y no dejar de jugar una y otra vez con la libertad que me dio tener la luz donde quisiera. Además no había más fotógrafos, por lo que las señoras, las imágenes y los nazarenos eran sólo para mí. Todo un campo virgen para experimentar, sin la espectacularidad de otros lugares, pero sin vallas ni codazos. Y fue estupendo.
Hola Fernando, antes que nada es muy bueno lo que hiciste: probar saltarse las reglas y con un resultado fantástico en todo el sentido de la palabra. Es distinto, un poquito aterrador, y atrapante al verlas al punto de recorrerlas. Al menos es lo que me produjeron a mi. Gracias por compartirlas. Un gran saludo, Melina, desde Argentina
Buenas…
Muchas gracias por tus palabras. A lo mejor es un poco raro ir con el flash en una mano y la cámara en otra. Pocas veces actúo así, sin pensar, pero quería experimentar y aprender, las dos cosas que un fotógrafo nunca debe olvidar.
Nos vemos