World Press Photo, un concurso cuestionado

Este año, otro más, la entrega de premios del World Press Photo ha vuelto a estar en entredicho. Hoy nos hemos levantado con la noticia de que han retirado el premio a Giovanni Troilo, después de haberse demostrado que una de las fotografías no estaba hecha en el lugar que aseguraba dicho autor.

¿Qué está pasando?

El más prestigioso concurso de fotografía periodística, espejo en el que nos mirábamos todos los que queremos ser algo en este mundo, resulta que no tiene claras, por enésima vez, sus normas. Y da premios que luego tiene que retirar. De entrada, esto no parece serio.

Además, este año, han comunicado que han tenido que descalificar a cerca de un 20% de trabajos por no cumplir los requisitos de participación. Visto desde la distancia, parece que si ni la propia organización tiene claro cuáles son los límites, los participantes pueden intentar colar un trabajo por si suena la flauta y no detectan el engaño.

¿Qué es la fotografía periodística?

En la fotografía es todo tan relativo, las fronteras están tan poco claras y depende de tantas cosas que no creo que nadie pueda establecer unos límites claros para delimitar qué se puede hacer o no en la fotografía periodística, especialización que se premia en este antaño concurso sin mácula.

World Press Photo, como podemos leer en el libro Las cosas tal como son, es:

Una organización independiente y sin ánimo de lucro que tiene como objetivo apoyar y promocionar el trabajo de los fotógrafos profesionales de prensa de todo el mundo.

Y si seguimos leyendo, buscando la definición de fotoperiodismo, podemos encontrar una muy interesante del historiador alemán Robert Lebeck:

Una secuencia de imágenes publicadas en las páginas impresas de las revistas y destinadas a sus lectores.

Bien es cierto que hay que actualizarla, incluyendo también que pueden ser vistas en medios digitales. En el propio prólogo del libro concluyen que el fotoperiodismo tiene la finalidad de dejar constancia y contar las cosas tal como son (una frase del filósofo Francis Bacon para explicar que hay una serie de prejuicios que nos impiden ver las cosas tal como son realmente).

¿Qué es engañar en fotografía periodística?

Y he aquí el problema fundamental y por lo que es imposible ser  objetivo en el fotoperiodismo. Dice que su objetivo es presentar las cosas tal como son, pero asume que todo pasa por una serie de filtros subjetivos, desde la interpretación personal del fotógrafo hasta la de los editores de los medios. Es muy fácil tergiversar la opinión del público a través de las imágenes, como demostró, por poner un ejemplo cinematográfico, Alfred Hitchcock. Todo depende de cómo coloques las fotografías.

Tenemos que partir de la premisa de que la fotografía, y más la periodística es mentira, o al menos cualquier otra cosa menos objetiva. No es la verdad. A lo sumo es la verdad del fotógrafo.

Una interpretación de la realidad por parte de un sujeto al que se le supone una capacidad intelectual y técnica para mostrarla al mundo. Y por supuesto se puede equivocar, o engañar si queremos ser polémicos.

Por eso es complicado hablar de los límites que no puede superar el fotoperiodismo, y es difícil decir que no puede engañar y mostrar las cosas como son si de entrada dependen de una visión personal. Yo lo veo más como una interpretación de la realidad por parte de un sujeto al que se le supone una capacidad intelectual y técnica para mostrarla al mundo. Y por supuesto se puede equivocar, o engañar si queremos ser polémicos.

Los límites del fotoperiodismo

Y he aquí lo que ha generado la polémica. Al parecer el trabajo de Giovanni Troilo, cuestionadas desde el principio, ha sido descalificado porque una de las imágenes del reportaje no estaba hecha donde aseguraba el autor, en Charleroi.

Desde luego es mentir, y saltarse las normas del concurso, pues su serie sobre la decadencia de Europa parece ser fruto de un montaje. Los personajes están actuando, representando una verdad  subjetiva salida de la mente del fotógrafo. Eso no estaba pasando, tan sólo en la imaginación del autor. ¿Es entonces fotoperiodismo?

Pero vayamos a un ejemplo más conocido por todos, el increíble trabajo de Eugene Smith Spanish village, una de las obras cumbres del fotoperiodismo mundial. ¿Sabéis que todo lo que vemos es mentira? ¿Qué es una recreación para poder decir como estaba España en los tiempos de la dictadura según la visión de un convencido antifascista como era Eugene Smith?

Eugene-Smith

En el poco tiempo en el que pudo trabajar en Deleitosa, apenas dos meses, pudo fotografiar la siega o una comunión, dos momentos que difícilmente coincidían en el tiempo en la destrozada España de los años 50. E incluso se ha demostrado que la popular imagen del sepelio está retocada para evitar que una de las plañideras nos está mirando… ¿Hay que retirarle todo el mérito a Eugene Smith? ¿Por hacer una excelente novela visual en vez de una crónica?

Y no quiero tocar la mítica foto del miliciano de Robert Capa, que cada vez parece más claro que es una simulación más que la primera representación real del instante antes de la muerte…

Conclusión

No hay que rasgarse las vestiduras y hablar del fin del fotoperiodismo por enésima vez. La organización, de prestigio internacional, debe aclarar de una vez por todas cuáles son los límites que no se pueden traspasar en su concurso. Dejar claras sus bases.

Definir qué se puede hacer de una forma clara -si es que es posible- para evitar que los profesionales se presenten con trabajos que no van a ser aceptados y acusados de manipulación.

Pero si nos centramos sólo en el aspecto técnico, ya estamos modificando la realidad. ¿Canon o Nikon? (otro día hablaremos del patrocinio) ¿Blanco y negro o color? ¿Negativo o sensor? ¿Adobe Photoshop, Lightroom o Capture One? ¿RAW o jpeg? Elegir uno u otro modifica y mucho las posibilidades de la fotografía.

Siempre he pensado que los límites técnicos de la fotografía periodística son no hacer más de lo que se podía hacer con la ampliadora. Es decir, aclarar u oscurecer distintas zonas, recortar o no, y para de contar. Respecto a los otros límites no lo tengo tan claro, aunque siempre pienso que lo importante es contar una historia para que el público conozca tu visión. ¿Qué pensáis?

 

 

 

 

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