Muchos me preguntan en clase cómo saber si una fotografía es buena o mala. Cuando ven una fotografía de Avedon o de Cristina García Rodero o una cuya autor desconocen, se desconciertan y no saben decirme si les gusta o no. Y algunos incluso confiesan que algunos de los retratos más icónicos del maestro no les dice nada.
La única clave que he encontrado para saber si una fotografía es buena o no es la siguiente: si al mirar una fotografía eres capaz de imaginarte una historia, entonces es buena.
Eduardo Momeñe, en sus fantástico libro La visión fotográfica. Curso de fotografía para jóvenes fotógrafos encontramos esta reflexión:
¿Qué es una buena fotografía? Es una pregunta que podemos plantearnos ya, y de no fácil respuesta. Si sabemos reconocer lo que es una buena fotografía o, mejor expresado, cuál es la apariencia de una buena fotografía, estaremos probablemente más cercanos a obtener una de ellas. Cuando decimos que hacer buenas fotografías no es muy fácil, ¿a qué nos estamos refiriendo? ¿Quizás a que las fotografías estén bien iluminadas, bien compuestas, a que sean bellas imágenes? ¿A qué llamamos bellas imágenes? Más concretamente, ¿qué entendemos por una buena fotografía? ¿Qué es para cada uno de nosotros una buena fotografía? ¿Cómo se consigue una buena fotografía? ¿Qué tenemos que saber para obtener una buena fotografía? ¿En qué hay que pensar? ¿Cómo hay que mirar? Planteado así, puede parecer una desagradable ráfaga de preguntas, pero si las tomamos una por una y les dedicamos unos segundos a cada una de ellas, estaremos ya hablando -quizás pensando– en términos fotográficos.
Esto depende mucho del observador. Si tiene una buena cultura visual o una gran sensibilidad, será capaz de distinguir la genialidad de Robert Frank del trabajo más estereotipado de Mario Testino, por ejemplo. Este último es un excelente hacedor de fotografías y un gran relaciones públicas, amigo de las principales celebridades y conocido por el gran público. Pero Robert Frank no hace fotografías, las siente. Es un poeta de la cámara que juega con la luz y la realidad. Ese juego le permite romper con las normas establecidas y apostar por fotogramas movidos, desenfocados… que no dejan de ser auténticos poemas. Como he dicho otras veces, su libro Los americanos fue un punto de inflexión en la historia de la fotografía.
Y sin embargo, la gran mayoría de los alumnos que empiezan me confiesan que si hicieran alguna de las ochenta y tres fotografías del libro no dudarían en borrarlas de su tarjeta de memoria. Lo mismo que pasó en el momento de su publicación. No es fácil de entender por el gran público. Unos pocos ven la triste historia americana donde nadie tiene fuerzas para sonreír.
El gran problema es que la gente se queda atrapada en un remolino de tutoriales y técnicas varias de moda y sólo consiguen hacer fotografías HDR, retratos con poses forzadas y cielos propios del apocalipsis.
La mayoría de los libros, de las escuelas y por ende, de los alumnos, se vuelcan en enseñar y aprender la técnica digital, respectivamente. Pero pocos enseñan a mirar, porque pocos quieren aprender. Lo importante es saber si tal modelo o tal otro tienen más o menos ruido, o si tal programa trabaja mejor con curvas o con niveles… Todo esto es importante, muy importante. Si no conocemos la técnica, no podremos hacer bien nuestro trabajo. De acuerdo.
El gran problema es que la gente se queda atrapada en un remolino de tutoriales y técnicas varias de moda y sólo consiguen hacer fotografías HDR, retratos con poses forzadas y cielos propios del apocalipsis. Y encima esas imágenes son las que más gustan al público medio. Para rizar el rizo, las nuevas cámaras facilitan la labor con la inclusión de filtros y efectos que harán las delicias en las redes sociales. Esas fotografías están bien, pero son una moda pasajera.
Hacer una buena fotografía es muy distinto a hacer fotografías. Lo primero requiere trabajo, salir con la cámara al hombro después de haber pensado mucho lo que queremos hacer; es necesario el esfuerzo y saber distinguir lo que quieres hacer y lo que no. Sin embargo, hacer fotografías es salir con la cámara y disparar en los sitios donde conducen a los turistas como ganado y tener un recuerdo, sin un proyecto previo. En ambos casos se pueden hacer cosas maravillosas, pero sólo en una se pueden perder como lágrimas en la lluvia.
Cuando te emociona
Cuando no dejas de mirarla
Cuando te gustaría tenerla colgada en tu cuarto de estar
Cuando te cambia el caracter a mejor cada vez que la miras
Y finalmente cuando me gustaría que fuera sólo mía
..Si me permite quisiera abordar mi aporte…estimo que estamos generalizando la fotografía «documental» como la mejor…..Un paisaje , una flor, un edificio perfectamente geométrico…nada me dicen de la historia……..pero si me hablan de una imágen……Si pienso que la fotografía documental es la que queda…., justamente es un documento, como un libro….pero la fotografía creo yo es mas amplio que esto. Hugo Veinticcinque.
Buenas…
Por supuesto que me gusta la participación de los lectores. Este blog me gustaría que fuera un diálogo continuo. Cualquier fotografía, no sólo la documental, nos puede contar una historia. Cuando veo una flor de Mapplethorpe, o una de las antiguas imágenes de Chema Madoz, siento que puedo contar una historia acerca de ellas, más o menos sencilla, pero siempre dan lugar a la imaginación. Siempre puedo crear un cuento con ellas. Si no me dijeran nada, no tendría palabras para ellas.
Buenas…
Estupendo aporte.
Me aparece que el juicio que utilizas para decir si una fotografía es buena o no es bastante vago, y me parece equivocado, porque¿Que pasa con todas esas fotografías que no tienen un historia? Esta experiencia (la historia) es generada a partir de una sensación transformada por uno, quitándole poder a la misma imagen, devaluandola. Las imágenes de Mario Testino, son excelentes, sin embargo sus intenciones y su trabajo no están dedicadas a un publico que busque el mas allá, que busque algo mas que les diga la imagen, esto solo lo logran los buenos fotógrafos, que problematizan con los aspectos formales o conceptuales de la fotografía, de lo fotográfico o de problemáticas del mundo a nuestro alrededor, cuando va mucho mas allá de solo ser un ilustrador de ideas. Hay que recordar, que la fotografía documental intenta llevarnos la «realidad» sin embargo, esta «realidad»es siempre alterada, y en mas de una vez, por fines politicos o económicos ha sido severamente modificada. Esta «veracidad» de la fotografía documental, también se presta mucho al exhibicionismo, este exhibicionismo del otro que nos es ajeno, alejando mucho mas de nosotros y volviendo mucho mas distante al fotografiado. Emitir un juicio de que solo con una pequeña historia podemos saber si una fotografía es buena o no es bastante inadecuado, y una revision de los conceptos e ideas seria mejor antes de dar una clase de fotografía.
Muy buen articulo.
Buenas…
Muchas gracias.
Buenas…
Este artículo es de opinión, para generar debate y para ver qué piensa la gente sobre algo tan subjetivo como decidir cuándo es buena una fotografía sin centrarnos exclusivamente en apartados técnicos o academicistas. La idea surgió después de leer a diversos autores como Eduardo Momeñe o una interesante conferencia de Julio Cortázar, entre otros.
Precisamente las fotografías de Mario Testino surgen de sus propias historias, de todo un guion para dar forma a una idea, y ayudado por un equipo ingente de maquilladores, iluminadores y técnicos de diversa índole. Si una imagen te atrapa es porque te sugiere muchas cosas y deja abierta la imaginación. Te sirve para trasladarte a ese mundo en el que tú no estás. Probablemente tiene que ver con la sensibilidad de cada uno.
Gracias por pasarte.
vaya tema! difícil decir cuando una imagen es buena o mala.. pues finalmente una imagen fue hecha por un sujeto con una particular historia y particular forma de mirar y después, esa imagen es interpretada por un sujeto con otra historia y otra forma de mirar. También me ha pasado , que imágenes iconicas no me dicen nada hasta que veo el trasfondo de ellas, el contexto en el que fueron hechas , o por quien fueron hechas y para que. Decía un maestro que tuve : «una buena imagen no necesita acompañarse de palabras»
Hay imágenes que hasta son terribles técnicamente hablando y cobran un significado cuando conoces eso a lo que tu le llamas su»historia» .
Para mi una buena imagen es la que cubre varios puntos :
– que me atrapa visualmente por cualquier característica ( un sitio nunca antes visto, una situación bizarra, una mirada con fuerza, que refleje una condición humana como el amor o sufrimiento , una situación fantasiosa como lo hace Mario Testino … etc)
– que técnicamente haya sido tomada de manera casi impecable.
Al conjunto de esas dos cosas le llamo perfección .
Chema Madoz no me inspira mas que las ganas de colgar una foto suya en mi estancia. En cambio, James Natchway o Sebastian Salgado me han sacado las lagrimas .
Buenas…
Es un tema complicado, desde luego. Tu punto de vista resulta muy interesante y me gusta mucho la frase del maestro.
Muchas gracias.