Desde 2014 hay una exposición itinerante por el mundo de uno de los grandes maestros del color, Stephen Shore. Aquel año pudimos ver en Madrid a una de los fotógrafos fundamentales del siglo XX. Un gran desconocido para las masas, pero básico para los amantes de la fotografía.
Stephen Shore es uno de los grandes fotógrafos de la historia, de los más influyentes del siglo XX. Nan Goldin, Andreas Gursky, Martin Parr, Joel Sternfeld y Tomas Struth se reconocen deudores de su obra. Lo más curioso es que cuando todo el mundo hacía color lo dejó por el blanco y negro. Y ahora anda dando vueltas a Instagram, así que imaginaos que cómo puede ser la cabeza de un fotógrafo de 67 años.
Biografía de Stephen Shore
Stephen Shore nació en 1947 en Nueva York y desde muy pronto tuvo claro que lo suyo era la fotografía. Es un ejemplo para todos, pues con tan sólo 14 años fue a ver al jefe del departamento de fotografía del MOMA para enseñarle su trabajo. Fue a hablar directamente con Steichen, el que decidía entonces quién valía y quién no. Y él se dió cuenta del valor del joven, que se convertiría en el segundo fotógrafo que exponía en vida en el Metropolitan de Nueva York en 1971, con apenas 24 años.
Desde el principio quiso romper los esquemas, no asentarse en lo que hacía todo el mundo. Quería olvidar los instantes de Cartier-Bresson y seguir la senda de Walker Evans, como podemos leer en el excelente catálogo de aquella exposición en la Fundación Mapfre:
La apariencia de neutralidad, la ausencia de las distinciones habituales de la expresión artística fotográfica y un tratamiento del tema aparentemente desinteresado o distante, fueron las características que, paradojicamente, permitieron a la fotografía ser plenamente aceptada como arte. La obra de Shore, deudora de la herencia de Walker Evans e influenciada por la Factory de Warhol, participa de forma significativa de este giro en la compresión de la práctica fotográfica.
Desechó la idea de fotografiar cosas bonitas o momentos especiales para fijarse en todo lo demás. Fue capaz de ver el poder la fotografía amateur, esa forma de hacer fotos donde todo vale y aparentemente nada importa. Pero le dio un discurso conceptual, tan de moda en este momento, basado en la secuencia y la reiteración.
Su forma de ver las cosas
Empezó fotografiando con una cámara de 35 mm, incluso trabajó con una curiosa cámara con la forma de Mickey Mouse. Y gracias a su amistad con John Szarkowski, y sobre todo con Andy Warhol, tuvo una formación exclusiva imposible de conseguir en la universidad. Aunque empezó con el blanco y negro, pronto pasó al color pues:
El color amplía la paleta de una fotografía y añade a la imagen un nuevo nivel de información descriptiva y transparencia. Una fotografía en color es más transparente porque quien la contempla se detiene menos en la superficie. Y es que las personas estamos acostumbradas a ver el mundo en color. Posee además un nivel descriptivo adicional, porque muestra el color de la luz y los tonos de una cultura o una época.
Su primera serie, American Surfaces, marcó un antes y un después, llevó a todo el mundo a mirar el color de otra forma. Muchos lo comparan con Robert Frank, pero él le dio un aire más pop, más warholiano, donde todo tiene interés y se convierte en un diario iniciático, pues el joven Shore nunca había salido de su ciudad.
Él quería avanzar, y con las pequeñas copias de 35 mm no podía hacer grandes ampliaciones. Probó a cambiar de formato, pero no le convencían las cámaras de formato medio, por lo que se hizo con una cámara de banco, primero una 4×5 y luego la 8×10. Estas le obligaban a usar el trípode, lo que cambió su forma de fotografiar, más tranquila, pero con la misma fuerza final.
En los ochenta es considerado un maestro del color y de la fotografía de paisaje, dejando atrás la intervención del hombre en sus obras. Pero no contento con este giro decide, contra pronóstico, volver al blanco y negro. Siempre huyendo de los convencionalismos y de los caminos trillados con un estilo personal.
Lo curioso es que desde que apareció la Nikon D3s decide pasarse al mundo digital, pues por primera vez consigue una calidad similar y con la misma proporción que el 8×10 (20×25 cm) con la comodidad de un equipo más pequeño. Y como no para quieto, en una rueda de prensa contó el nuevo proyecto basado en Instagram:
No se lo que significa, pero es divertido. Tengo 60000 seguidores. Parece incoherente cambiar un formato grande por algo como el pequeño formato de Instagram pero me interesa el formato, y en cierta forma es volver a los orígenes, como cuando hice las fotos con la cámara Mickey Mouse….
Como siempre digo en estos casos, los que améis la fotografía os tenéis que conocer profundamente la obra de Stephen Shore, difícil y compleja y muy incomprendida. además de muchas veces mal copiada e interpretada. Un autor que ha cambiado durante todos estos años el rumbo de la imagen.
2 comentarios sobre “Stephen Shore, fotógrafo contra los convencionalismos”