Hoy, 19 de agosto, es el Día de la fotografía. Para celebrarlo volveré a ver esta noche una película de un fotógrafo que llega al final de sus días y una de las cosas que hace, es disparar su cámara poco antes de morir, en la playa. Un acto cotidiano que se convierte, en la película, en un acto de reconocimiento de la belleza de las cosas, y de lo que debe permanecer en la memoria.
Gracias a internet, a las redes sociales, he recordado que hoy es el día mundial de la fotografía. Tal día como hoy, hace 176 años, Daguerre se hizo con un sitio en la historia al presentar, en París, ciudad de la luz, su invento. Y es que algo que hoy nos parece tan sencillo y que está tan banalizado, hacer una foto, costó siglos y siglos de búsqueda, de deseos frustrados, hasta que un inventor burgués consiguió detener el tiempo para la posteridad. La primera de tantas fotos que vinieron detrás. De tantos recuerdos amarillentos o almacenados en una fría sucesión de unos y ceros, como sucede ahora.
La efemérides se celebra desde 1991 gracias a la iniciativa de la Sociedad Fotográfica Internacional de la India. El 19 de agosto de 1839, François Aragó, de origen catalán -una de las personalidades más excepcionales y desconocidas que podemos encontrar en los libros (promovió, entre otras cosas, la limitación de las horas de trabajo o la abolición de la esclavitud)- leyó, ante las academias de las Ciencias y de Bellas Artes de París, un discurso en el que el gobierno de Francia cedía al mundo los derechos del daguerrotipo, con unas posibilidades que ni él mismo llegó a valorar:
…para copiar los millones y millones de jeroglíficos que cubren, en el exterior incluso, los grandes monumentos de Tebas, de Menfis, de Karnak, etc. … se necesitarían veintenas de años y legiones de dibujantes.
Con el daguerrotipo, un solo hombre podría llevar a buen fin ese trabajo inmenso… Cabe esperar que puedan obtenerse mapas fotográficos de nuestro satélite. Es decir, que en unos pocos minutos se ejecutará uno de los trabajos más largos y delicados de la astronomía…
Pero esta celebración olvida la figura de Nicephore Niepce, verdadero descubridor de la fotografía, el primero que detuvo el tiempo para la posteridad, en 1826. Después de ocho horas de exposición, consiguió fijar la visión desde la habitación de su casa en Le Gras en una placa de 16×20 cm. Su prematura muerte y el afán depredador y capitalista de Daguerre hizo que su figura se olvidase durante mucho tiempo.
La mejor manera que tenemos para celebrar este día es salir con la cámara y detener el tiempo con ella. O ver un libro, o comprar una foto. Feliz día de la fotografía.