Alvin Langdon Coburn en Madrid

La Fundación Mapfre está haciendo por la fotografía lo que no hacen las instituciones públicas de España. Es increíble las exposiciones que están trayendo a Madrid para que todos conozcamos a figuras fundamentales de la historia de la fotografía. Hace poco fue el gran Stephen Shore y hoy han presentado una antológica de uno de los fotógrafos fundamentales de los primeros tiempos: Alvin Langdon Coburn.

Mientras la cultura fotográfica cada tiene menos peso en las agendas políticas -si acaso una exposición suelta en algún centro olvidado, un premio anual y alguna que otra colaboración con instituciones privadas, ¿para cuándo el museo de la imagen?, la Fundación Mapfre organiza mes tras mes algunas de las exposiciones que los aficionados recordaremos años más tarde como canónicas. Y si tenemos la suerte de tener sus excelentes catálogos aprenderemos mucho del mundo de la imagen.

Alvin Langdon Coburn fue un fotógrafo precoz. A los ocho años recibía su primera cámara. A los quince ya revelaba su propio trabajo y con diecisiete viajó a Londres para formar parte de una exposición dedicada a los nuevos fotógrafos americanos. Durante su vida artística tuvo varios mentores que le formaron y aleccionaron para dar forma a su estilo, que evoluciono desde el denostado pictorialismo hasta las atrevidas vortografias que le convirtieron en el primer fotógrafo abstracto.

A pesar de todo, no es un fotógrafo conocido por el gran público. Muchos van a descubrir un referente, y otros vamos a renovar nuestra inspiración. Según la comisaria de la exposición, Pamela Glasson Roberts, la mayor especialista en Coburn, el motivo no es otro sino el abandono del fotógrafo de su trabajo en favor de sus creencias. Poco a poco fue desapareciendo de la sociedad.

Resulta que después de la Gran Guerra, muchos no fueron capaces de asimilar la realidad de la crueldad humana y empezaron a filtrear con el espiritismo y otras corrientes afines que les pudieran dar cierta tranquilidad espiritual. Exactamente lo mismo que le pasó a Conan Doyle, el inmortal creador de las aventuras de Sherlock Homes.

En los años 50 su figura renace. Algunos le creían muerto, pero empiezan a reconocer su trabajo y él vuelve a introducirse en el mundillo poco a poco. Y al parecer con éxito. Cuenta la leyenda que murió nueve días después de publicar su autobiografía con ella en las manos.

Su forma de trabajar

Él no se lanzaba a hacer fotografías sin más, sin pensar. Respetaba el acto fotográfico hasta límites insospechados, algo que muchos deberían replantarse hoy cuando consideran que lo importante es disparar sin ton ni son, y que luego ya se verá cuando pase un filtro por todos los archivos.

Por ejemplo, antes de fotografiar a cualquier personaje, intentaba buscar todo tipo de información sobre él para descubrir su forma de ser y de pensar, ya fuera Henry James, Gertrude Stein o cualquiera de los grandes que conoció. O siempre tardaba en encontrar el punto de vista exacto para representar toda la grandeza de la naturaleza, algo que también tenía que ver con el misticismo que le terminó invadiendo y que le llevó a abandonar la práctica fotográfica.

Gertrude Stein
Gertrude Stein

Aparte de su estilo, de su evolución desde el pictorialismo que le enseñó su primo Fred Holland Day hasta las primeras fotografías abstractas de las que se tiene constancia, conducido por el artista Max Weber, una de las cosas que más destaca en el universo Coburn es su maestría técnica. Sus revelados con técnicas nobles son perfectos, y dan a sus fotografías ese aura que tienen los trabajos de los grandes maestros.

The Thousand Windows, Liberty Tower [Las mil ventanas, Liberty Tower], 1912
The Thousand Windows, Liberty Tower [Las mil ventanas, Liberty Tower], 1912
En la exposición de la Fundación Mapfre podemos ver las copias vintage de diversas técnicas como platinotipos, con una gama de densidades excepcional -que borda hoy en día Isabel Muñoz– gomas bicromatadas con un enorme efecto pictórico o gomas platino que aportan grandes texturas del soporte.

Datos de interés

La exposición de Coburn la podemos ver hasta el 8 de febrero de 2015 en la sala Bárbara de Braganza en la calle del mismo nombre en Madrid. Los lunes de 14:00 a 20:00 h, de martes a sábado de 10:00 a 20:00 h y los domingos/festivos de 11:00 a 19:00 h.

Es una forma excepcional de terminar el año o empezar el nuevo año con uno de los autores más importantes de principio de siglo. Y como siempre, no podemos olvidar el catálogo, que se convertirá en una obra de referencia sobre Alvin Langdon Coburn.

 

 

 

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.