Selfies son los autorretratos que se hacen las personas con una cámara digital para colgarla en las redes sociales. Existen desde el principio de los tiempos, pero últimamente se ha convertido en una moda, y los fabricantes y publicistas son grandes conocedores de su potencial.
Una buena clasificación de tipos de fotógrafos sería:
- Aquellos que se autorretratan constantemente por varios motivos y que dan la vuelta a la cámara para hacerse un selfie con el fin que todo el mundo que se conecte a las redes sociales puedan ver lo bien que se lo está pasando o el sitio tan estupendo que están visitando.
- Los que se hicieron fotógrafos para no salir en la foto.
¿Por qué existen los selfies?
Parece ser que hay varios motivos para dispararse con una cámara. Según un reciente estudio la mayoría lo hacen por diversión y dar un toque personal a las fotografías de los lugares que están visitando; pero muchos piensan que es puro egocentrismo, para presumir o para levantar la autoestima.
Sea cual sea el motivo, la verdad es que estamos ante una moda viral que parece no tener fin. Qué tiempos aquellos en los que las máquinas de carrete tenían autodisparador y si nos quedaba una fotografía o dos para terminarlo jugábamos a hacernos autofotos que finalmente tirábamos cuando recogíamos las copias en papel.
Las famosas pantallas abatibles, que muchos fabricantes justifican por el uso del vídeo, existen para satisfacer las ansias de perfección de los narcisos, digo de los adictos, a esta tendencia imparable que cada vez se perfecciona más. Incluso la cámara frontal que anuncian para las videoconferencias son realmente para hacerse un selfie perfecto.
El secreto se llama pedirle el favor a alguien que te acompañe o a una persona de fiar que pase a tu lado.
Pienso que es algo que se podría resolver de una forma muy sencilla, sin necesidad de dotar a un dispositivo de doble objetivo o de una pantalla basculante. El secreto se llama pedirle el favor a alguien que te acompañe o a una persona de fiar que pase a tu lado. Es verdad que muchas veces te cortarán la cabeza y en algunos casos aislados huirán con la máquina, pero sin emoción no hay vida.
El mundo selfie
Hoy en día hay muchos tipos de autorretratos, desde los clásicos de toda la vida, donde el fotógrafo posa feliz en algún lugar sujetando la cámara con el brazo extendido o con el azote de las mentes bienpensantes llamado palo de selfie, pasando por el más profesional en el que el sujeto lleva consigo un trípode para elegir la postura más adecuada para pasar a la posteridad, hasta aquellos que no dudan en retratarse frente a un espejo para evitar complicaciones compositivas.
Y por supuesto no podía olvidar a aquellos que por algún extraño motivo se hacen selfies ligeros de ropa o con poses insinuantes. Por no hablar de los que trucan las autofotos para hacer creer a la comunidad que han ligado. O la nueva moda de los EEUU que consiste en hacerse fotos en los funerales. En serio.
Las agencias publicitarias son conscientes de esta tendencia y muchas veces piden a los consumidores que envíen este tipo de fotografías para hacer sus campañas publicitarias. Y los fabricantes no dudan en crear cámaras con pantallas basculantes 180º o en algunos casos extremos, con doble pantalla, como este modelo de Samsung.
Consejos para hacer un buen selfie, a pesar de todo
- Se puede utilizar cualquier cámara, aunque como el objetivo final en enseñarla en las redes sociales, lo mejor es un smartphone. Parece que no tiene sentido disparar con una cámara con conexión wifi para luego pasarla al móvil. Mucho tiempo y sobre todo mucha batería gastada para algo que puede ser inmediato. Tendríamos más calidad técnica, pero no es lo que estamos buscando aquí. Otra cosa es que queramos hacer algo más serio, y por lo tanto necesitamos una réflex.
- Normalmente para autorretratarnos necesitamos extender el brazo y trabajar siempre con el objetivo en posición angular. Si no queremos limitarnos al tamaño de nuestra extremidad, lo suyo sería comprarse un trípode para tener más libertad de movimientos y conseguir encuadres más cuidados. Otro recurso es trabajar con un espejo, lo que nos permitirá sacar también a nuestra cámara, que nunca sale en las fotos, la pobre. Y como última opción ese objeto demoníaco llamado palo de selfie.
- Respecto a la exposición recomiendo trabajar siempre en el modo Programa y con un diafragma cerrado, para garantizar la profundidad de campo y no tener problemas de sub o sobreexposición.
- Y el consejo que siempre solucionará todos los problemas que podamos tener. Hay que practicar, practicar y practicar. Tenemos que saber si nuestro brazo es suficientemente largo, si no torcemos la cámara al retratarnos, etc… Creo que es muy triste ver a un persona en un lugar turístico haciéndose fotos continuamente porque ninguna le sale bien.
Muchos de los grandes fotógrafos han hecho del autorretrato un arte, desde Diane Arbus, pasando por Vivian Maier, R. Mapplethorpe, R. Avedon, Cindy Sherman… tantos grandes no pueden estar equivocados. Yo soy el de la foto. Al final he caído.