Hay miles de consejos para la fotografía de calle, pero lo más importante es saber si uno sirve o no para hacer este tipo de fotografía, que parece que es una moda pero que es tan antigua como la fotografía misma. Nos pueden dar mil consejos, pero si no nos atrevemos a mirar a través del visor por una tema de timidez, pocas fotos buenas haremos.
Poco hablo sobre la fotografía de calle o street photography, como dicen los más modernos del lugar para llamar la atención o crear tendencia. En el mercado podemos encontrar algunos libros sobre el tema. Pero el problema es que la gente sigue sin saber a ciencia cierta cómo acercarse a la gente.
Cuando salimos de casa con la idea de hacer fotografía callejera, hay que tener en cuenta varias cosas muy importantes, y que a menudo se les olvida a los que se quieren iniciar en esta especialidad fotográfica, tan antigua como el propio invento. Lo más importante es que no todo el mundo sirve para hacer la calle con la cámara al hombro. Esto es algo reservado para aquellos que se atreven a mirar por el visor a la gente, en vez de mirarles de frente o bajar la vista cada vez que alguien pasa a nuestro lado.
La fotografía de calle no es trabajo para tímidos, como la fotografía de naturaleza no está hecha para aquellos que no les gusta madrugar, o la fotografía de bodas para los que no saben comportarse en público. Es así de sencillo o así de duro.
Pero ojo, hay muchos tipos distintos de timidez, desde la patológica, hasta aquellos que sólo necesitan un escudo para defenderse de las masas. Algunos prefieren tomarse una copa, otros disfrazarse como la masa para creerse aceptados, y otros utilizamos la cámara para protegernos y sentirnos más fuertes que un superhéroe, como si lleváramos puesta una máscara que nos permita acostarnos, al final de la historia, con la pareja que queramos.
Siguiente paso en la fotografía de calle
Si sabemos que no somos tímidos, o tenemos claro que nuestra cámara es nuestro escudo, podemos salir a la calle a hacer fotos sin miedo. Pero ojo, no es este el único requisito, aunque sí el más importante.
El buen fotógrafo de calle debe saber manejar tan bien su cámara que actúe sin pensar dos veces en lo que está haciendo. No tiene sentido que dude cómo cambiar el diafragma o aumentar la velocidad, o cualquier otra cosa. Lo más fácil es disparar en RAW, pero no por su enorme calidad diferenciadora, sino porque es un formato que simplifica el funcionamiento de una cámara y lo lleva al mismo nivel que antes de la era digital, cuando el fotógrafo sólo tenía que saber exponer y enfocar.
Y por supuesto, una técnica prodigiosa. No digo que dispare sólo en manual, que también, sino que vea la luz como nadie y sepa, en el preciso instante del disparo qué exposición tiene que poner en función de la luz o del movimiento de la escena. Que no se encuentre luego en casa que con un diafragma más cerrado la profundidad de la imagen hubiera sido mejor, o que con una velocidad mayor la fotografía no estaría sobrexpuesta, por poner solamente dos ejemplos.
Acercarse a la gente
Esto es algo que suele plantear muchas dudas cuando queremos hacer fotografía callejera. Además ahora hay muchos problemas sobre los derechos de imagen. Cualquiera puede denunciarnos y ganar el juicio si sale en una foto y es parte fundamental del interés de la misma. Así de difícil está la situación de los fotógrafos. En una sociedad donde los alumnos pueden denunciar a los profesores porque les hagan leer un libro donde haya palabras malsonantes, cualquier cosa puede pasar.
Afortunadamente pocas veces hay problemas de este tipo para los fotógrafos que actúan de buena fe. Lo importante es acercarse de frente y huir del teleobjetivo que convierte a cualquiera en un papparazzi. Los grandes fotógrafos de la especialidad huyen del tele y siempre trabajan con un buen angular fijo.
La respuesta es sencilla, y poco tiene que ver con la fotografía. Actúa como lo harías en el día a día
Siempre está la duda de disparar y preguntar o preguntar y disparar, una de las grandes preguntas de los fotógrafos que empiezan. La respuesta es sencilla, y poco tiene que ver con la fotografía. Actúa como lo harías en el día a día. Si llegas a la panadería de tu barrio, pides la barra y te vas, ese será tu estilo a la hora de disparar. Pero si llegas, saludas a la señora que sale, juegas con el niño que acaba de entrar y preguntas al panadero por su familia antes de preguntar qué tal están las magdalenas esta mañana, entonces está claro que serás un fotógrafo que siempre jugará antes con el retratado que intentar esconderse para no ser visto. Todo lo demás es ir contra natura y actuar como si no fueras tú mismo. Lo demás es pura fotografía.