La mirada de Paz Errázuriz

El 28 de febrero termina en la sala Bárbara de Braganza de la Fundación Mapfre la retrospectiva de Paz Errázuriz, una de las fotógrafas chilenas con mayor proyección internacional. Este fin de semana de frío podéis encontrar un refugio perfecto para pensar en fotografía.

Eso sí, no es fácil enfrentarse al trabajo de una fotógrafa que no maquilla la realidad. Quizás la hace más dura o simplemente la retrata como es, un duro golpe en el estómago para los que nos limitamos a vivir tranquilos entre cuatro paredes.

Paz Errázuriz prefiere salir. Encontrarse con personas que viven en entornos marginales, ganarse su confianza y contar sus historias que en el fondo no difieren tanto de las historias que conocemos. Todos amamos, comemos, sufrimos, follamos, lloramos y reímos.

En realidad no somos tan distintos, por mucho que nos empeñemos. Todos vivimos y sentimos nuestras penurias y alegrías de la misma forma. Eso sí, unos somos aceptados y otros no. Y ella da visibilidad a los que están forzados a vivir en la sombra, a los que nunca van dirigidos los anuncios.

Paz Errázuriz en Fundación Mapfre

Como estamos acostumbrados, la sala Bárbara de Braganza de la Fundación Mapfre nos trae una retrospectiva que se convertirá en una fuente fundamental para conocer el trabajo de esta fotógrafa chilena que tuvo que crecer visualmente bajo la dura represión de la dictadura de Pinochet.

Paz Errázuriz nació en 1944 y siempre fijó su mirada en los más desfavorecidos de la sociedad chilena. En la exposición podemos ver 170 fotografías de 10 series distintas en las que busca dar voz a aquellos que no la tienen.

Paz Errázuriz

Desde su inauguración he ido tres veces y he encontrado reacciones en el público de todo tipo. Desde aquellos que ven a la sucesora de Diane Arbus (algo que yo también pienso) por el respeto y la empatía con sus retratados hasta aquellos que se escandalizan por sacar viejos cuerpos desnudos sin pudor alguno. Algunos hasta les parece que las fotografías son de mala calidad y con un revelado deplorable. No sé que pensarán sus alumnos.

Fue premiada con el premio PhotoEspaña 2015 por:

El rigor, la empatía y el respeto con los que la autora ha retratado la vida social contemporánea, a través de grupos humanos tan dispares como sacrificados boxeadores, travestis estigmatizados, enfermos confinados en centros psiquiátricos, cuerpos desnudos esculpidos por la vejez, melancólicos tanguistas o personajes circenses, que la convierten en una figura icónica y peculiarísima de la fotografía internacional.

Su obra, fruto de intensas inmersiones en los espacios y contextos que captura, es un perfecto equilibrio entre la documentación y la experimentación estética. El testimonio de una compleja sociedad a través de breves instantes, gestos mínimos pero certeros y universalizadores.

No es una exposición fácil en la que el espectador salte de una imagen a otra para apreciar las cualidades técnicas de una serie o para descubrir lo hermoso que puede llegar a ser el mundo. No te acerques ni a la puerta si esperas ver un trabajo puramente antropológico, al estilo de la agencia Magnum.

Paz Errázuriz

Las diez series de la retrospectiva son puñetazos sobre la mesa de negociaciones, son los pilares carcomidos de una vieja comunidad, algo que nadie quiere ver pero que son fundamentales para saber que todo es importante, que aunque no se quiera ver son parte del esqueleto de la sociedad.

Es una fotógrafa reinvindicativa. No juzga a sus retratados. Quiere entenderlos, por eso no se le ocurre retratarlos sin haberse ganado antes su confianza, sin pedirles permiso y sin por lo menos recordar su nombre si vuelve a verlos alguna vez.

Es una fotógrafa reinvindicativa. No juzga a sus retratados. Quiere entenderlos, por eso no se le ocurre retratarlos sin haberse ganado antes su confianza, sin pedirles permiso y sin por lo menos recordar su nombre si vuelve a verlos alguna vez. Es una mujer comprometida con su trabajo, una profesional que está lejos de los que hacen fotos sin despegar la cara de la cámara. Ella quiere contar sus historias y sabe que la única manera de hacerlo es implicándose en ellas.

Paz Errázuriz

Por eso, si estos días estas en Madrid y llueve y no encuentras un plan que te convenza, no dejes de acercarte a la calle Bárbara de Braganza, a la sala del mismo nombre y aprovecha los últimos días de una exposición que te hará pensar y reafirmará la idea de lo necesario que es la fotografía para hablar de las cosas que algunos no quieren ver o simplemente no pueden.

Y por supuesto no te olvides de mirar el catálogo, donde analizan su obra hasta las últimas consecuencias y llegar a comprender su ética del ver. Imprescindible, como todos los demás.

 

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