José Manuel Navia en Alcalá de Henares

Un viernes por la tarde en Alcalá de Henares parece un mal día para inaugurar una exposición, pero no para José Manuel Navia, que presentó Navia. Fotografías 1991-2006 en las salas del antiguo Hospital de Santa María la Rica rodeado de amigos, curiosos y amantes de la fotografía, una retrospectiva de su trabajo.

Navia. Fotografías 1991-2006 es el último proyecto del fotógrafo José Manuel Navia (1957), uno de los fotógrafos más importantes y respetados del panorama nacional. Con ayuda de su gran equipo, Carmen y Marta, ha conseguido llegar a lo más alto que puede soñar un fotógrafo: que su escritura sea reconocible por todos los atentos observadores de su trabajo. Creo recordar que una vez dijo que huía del calificativo de artista para quedarse con el de artesano de la imagen. Aquel que trabaja para dar forma a una idea y no para aumentar su ego.

Sorprende el título de la exposición Navia. Fotografías 1991-2006. No parecen fechas importantes aparentemente pero son dos años importantes para él. 1991 fue el primer año en el que sintió fotógrafo; la primera vez que pudo salir de la puerta de su casa con la seguridad de hacer lo que quería -hacer fotos sin ataduras, con más libertad- con la tranquilidad de tener a su equipo de apoyo en casa.

Navia-Alcala-II

Salió adelante con muy buenos resultados, como podemos ver a lo largo de los quince años que recorre la exposición.

2006 es el año de la transición al mundo digital. Un paso natural para los que sólo han conocido el lenguaje de unos y ceros, pero que costó sudores y lágrimas a muchos que habían mamado de las fuentes de plata. Pero como a él le gusta decir, cambiar de medio no tiene por qué suponer un cambio de estilo, y esa es una marca que afortunadamente no ha perdido.

El estilo de Navia

Gracias a  una cultura impresionante y a un trabajo constante, tiene un estilo visual único. Al ver su obra cualquiera debería entender que hacer fotos no es sólo apretar un botón a cualquier hora del día, sin pensar. Es una forma de escribir en la que apenas importa la herramienta y lo que importa es la tinta, que no es otra cosa que la luz. Y ahí él sabe muy bien lo que dice.

La luz es la seña principal de su trabajo. Pocas veces veremos la luz del mediodía, y siempre los últimos momentos del sol, cuando insinúa más que enseña. Es ahí, junto con las horas de la mañana, cuando Navia dispara para escribir una historia.

Con ver su obra cualquiera debería entender que hacer fotos no es sólo apretar un botón a cualquier hora del día, sin pensar.

Y por supuesto el color. Es uno de los precursores del color en España. Cuando abandonó el blanco y negro encontró la libertad de estilo y la posibilidad de investigar y adentrarse en una nueva gramática visual que ya no abandonará nunca.

La exposición

En las salas del Antiguo Hospital de Santa María la Rica podemos ver ese primer viaje a Marruecos, las idas y venidas por la piel de toro, o Latinoamérica y su relación con Portugal y sus colonias, que dieron lugar a Pisadas sonámbulas, uno de sus proyectos más queridos.

Las fotografías, de gran tamaño, nos van introduciendo en un mundo plagado de referencias literarias, vivencias personales y una forma de mirar que no es la convencional, que huye de las imágenes de postal y de los trucos de laboratorio. Lo único que cuenta es la mirada. Es fotografía pura.

Cada una de las tres salas tiene un mensaje, una cualidad, y el paso de una a otra se adivina con la contemplación de las últimas imágenes , relacionadas con las primeras que veremos en el siguiente paso.

Las fotografías forman dípticos, o trípticos por cuestiones netamente visuales. Y lo más increíble es que aunque parecen tomadas unas al lado de las otras, son muchos kilómetros y años lo que las separan. Es la magia del montaje y la edición, que encuentra relaciones entre cosas que aparentemente no lo tienen. Es ahí cuando se hacen los fotógrafos, cuando todo lo que haces empieza a tener relación.

Espero que la gente aproveche para viajar a Alcalá de Henares y descubra todos sus rincones y restaurantes. O sus museos, como el Arqueológico Regional. Y por supuesto las salas del Antiguo Hospital de Santa María la Rica, en la calle del mismo nombre número 3, donde podemos ver hasta el 31 de mayo de 2015 la exposición de José Manuel Navia.

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