El mundo del retoque en el retrato (I)

Este tema, el retoque en el retrato, es uno de los que más dudas genera y por el que siempre preguntan los alumnos. Siempre buscan cómo quitarse esas arrugitas o esos kilos de más que en principio sólo debería importar a los editores de las revistas y jamás a la gente de la calle, pero desgraciadamente es así.

Inició esta serie dentro de la categoría Trucos sucios, pues nos permite hacer cosas que eran imposibles de hacer en la fotografía clásica, y lo que para mi es más importante: todo lo que vamos a hacer no existe tal cual en la realidad. Prefiero conseguirlo en el momento del disparo o dejarlo tal cual. Pero sé que  muchas veces no nos queda más remedio y es bueno conocer todas las técnicas que existen para conseguir una fotografía a gusto del  retratado.

A lo largo de esta serie vamos a aprender a mejorar un retrato mediante técnicas digitales. Unas serán más sencillas que otras, y con algunas nos volveremos totalmente locos. La fuente de inspiración son algunos de los retocadores más importantes y conocidos del medio, desde Natalia Taffarel, pasando por Facundo Moroz, hasta uno de los mejores que tenemos por España, como es Jorge Salgado.

Pasos para un buen retoque digital de un retrato

Doy por hecho, y si no es así escribiré un artículo sobre el tema, que tenemos una buena fotografía de retrato. Por cualquier motivo queremos hacerle un retoque para mejorar el aspecto de la persona retratada. Pues bien, si queremos tener garantías en el resultado final y que merezca la pena las horas que nos vamos a pasar delante del ordenador, el archivo tiene que ser técnicamente perfecto, y con una nitidez sin igual.

El archivo tiene que ser técnicamente perfecto, y con una nitidez sin igual.

Todas los trucos sucios que vamos a ver carecen de sentido si la fotografía está movida, trepidada, desenfocada, sub o sobrexpuesta, en exceso. No vale la pena perder el tiempo en ella.

Antes de meternos en materia, vamos a ver los pasos que debemos seguir para aplicar las técnicas que vamos a conocer. Esto no consiste en hacer un dodge and burn porque sí, a las primeras de cambio. Todo tiene un proceso, y en este caso es:

1. Los cambios morfológicos. Es decir, todo lo relacionado con las erupciones en la piel -como granos y demás- y los cambios que tengamos que hacer en la estructura del rostro, como cambiar de tamaño los ojos, la forma de la cara o adelgazar al sujeto.

En estos casos hay que tener ciertas nociones de anatomía para no crear monstruos y conocer bien cómo funciona la luz para crear personas reconocibles. En algunos casos se pueden llegar a emplear máscaras áureas para embellecer a las personas.

2. Los cambios estéticos referidos al color, al posible maquillaje de los rostros, para mejorar unos labios o para profundizar una mirada. En muchos casos jamás jugaremos con este tipo de cambios, pero es bueno saber cómo se hace si alguna vez nos enfrentamos a una modelo maquillada.

A  lo largo de los artículos vamos a conocer cómo eliminar los granos  o los pelos que cruzan la cara; los secretos del filtro Licuar o cómo conseguir un tono de piel igualado. No va a ser fácil, pero os aseguro que vamos a conseguir un buen resultado. La clave de toda historia es como el buen maquillaje: sólo es bueno si no se nota.

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