Buena luz

Muévete si la luz no es buena

Cuando salimos a hacer fotos muchas veces nos preocupamos sólo del encuadre, sin fijarnos en la luz que ilumina al protagonista principal de nuestra fotografía. Por eso nuestros disparos no son tan buenos como deberían ser en la mayoría de las ocasiones.

Una de las cosas que más nos cuesta a los fotógrafos es encontrar el encuadre perfecto. Podemos pasar mucho tiempo en un lugar buscando hasta que nos decidimos a disparar. Algunas veces lo vemos incluso antes de llevarnos la cámara al ojo. Pero si la luz no es buena en ese momento, no nos quedará más remedio que esperar o buscar otro punto de vista.

Cuando veo fotografías de mis alumnos muchas veces el problema es que no han esperado a que la luz sea la idónea. La respuesta suele ser que no tenían tiempo para estar ahí y que la gente les estaba esperando para continuar la excursión. Entonces les animo a buscar otro encuadre donde la luz sea mejor.

La luz en la fotografía

Muchas cosas se podrían escribir sobre este tema fundamental: la medición, los modos de exposición, el histograma… pero aquí nos vamos a centrar en valorar la posición de la luz en nuestros encuadres para decidir si disparamos o no.

Cuando observamos una imagen, da igual que sea un cuadro o una fotografía, nos fijamos inconscientemente en la luz. Vemos primero lo que está iluminado, la luz gana a la sombra. Además nos atraen más los tonos cálidos sobre los fríos.

Buscar buena luz
Desechada

Si queremos fotografiar un edificio, una escultura, un coche o una botella tirada en el suelo tendremos que vigilar cómo está iluminado. Hay que fijarse si está en la sombra, si el fondo es más brillante, si el sol está de frente…

No basta con encontrar algo que nos gusta. Una de las cosas más importantes es observar cómo está la luz en nuestra próxima fotografía. No tiene sentido disparar si no es buena, mejor dicho, si el monumento no está bien iluminado desde el lado en el que estamos. Es así de sencillo, sin embargo basta con ir a cualquier lugar turístico de nuestra ciudad y descubrir que todos los turistas hacen la foto de rigor desde el mismo lugar aunque vean en la pantalla de su cámara una hermosa silueta contra un fondo negro y un cielo quemado.

No tiene sentido disparar si la luz no es buena, mejor dicho, si el monumento no está bien iluminado desde el lado en el que estamos.

El secreto no es otro que buscar un nuevo punto de vista, o si tenemos tiempo, esperar a que la luz mejore. También podríamos disparar con algún flash, pero esta historia sería más complicada en todos los sentidos.

En definitiva, no es tan cierto eso que dicen los manuales a todas horas, como que no se puede disparar al mediodía o que la mejor luz es siempre la del amanecer. Lo importante es que te sirva en el momento que estás disparando y con el encuadre que quieres.

Ejemplo práctico

Hace poco estuve en el monasterio de El Escorial, una de las maravillas arquitectónicas del mundo. Con motivo de una exposición han abierto al público por primera vez en mucho tiempo el patio de los Evangelistas. Cómo no, fui con mi cámara para ver si podía hacer algo bueno.

Buena luz
La fotografía que dí por buena

Todo indicaba que no iba a ser posible, pues iba acompañado, estaba lleno de gente y la luz no era bonita, aparte de ser las doce del mediodía… Pero la oportunidad era única, por lo que no me quedaba más remedio que intentarlo.

Adelanto que no conseguí grandes fotos, sólo algunas para el recuerdo pero en ellas se puede ver a la perfección el problema de la luz y cómo podemos jugar con ella para conseguir un resultado mejor. En el centro del patio hay un templete con las figuras de los cuatro evangelistas de la religión católica. Quería sacar una de las estatuas con el monasterio de fondo. La idea es sencilla: un gran angular, la escultura en un lado y el monasterio en el otro. Nada espectacular salvo un leve picado.

Hice como todos los turistas. Llegué, vi y disparé. Y el resultado es la fotografía que veis abajo. Muy bonita pero la vista se va al cielo, mucho más luminoso que el patio. El encuadre es bueno. Vemos la escultura del evangelista, parte del templete y el claustro y una de las torres del monasterio. Pero la luz es pésima. Mejor dicho, no es la adecuada para este encuadre.

Luz
La luz no es adecuada

Por eso empecé a dar vueltas alrededor hasta encontrar una de las cuatro esquinas bien iluminadas. Por la posición del claustro respecto al sol dos esquinas estaban iluminadas y otras dos en sombra. Y en los diez minutos que estuve solamente una de las imágenes estaba perfectamente iluminada, como podéis ver en la foto destacada. Si hubiera sido un encargo profesional o estuviera sólo lo lógico sería haberse quedado todo el día (o haberse documentado antes).

Buscar buena luz
Otra esquina

Como turista la única opción que tenía es la que veis. Dar una vuelta y cruzar los dedos para que encuadre y luz coincidan. En este caso no fue así, pero al menos estoy seguro de tener una buena imagen donde la luz hace justicia al monumento, aunque el encuadre no sea el mejor. Cuando ambas cosas coinciden, podemos empezar a hablar de buenas fotografías.

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