Curso de fotografía TC (y VII)

Después de aquellos años maravillosos, como hemos visto en el anterior capítulo de este curso, la fotografía se coronó emperatriz del mundo de la imagen en  el siglo xx. Así, las imágenes de los grandes autores que hoy llenan de vida las revistas, los periódicos y los carteles publicitarios son deudoras de los tiempos pasados, aunque filtradas para adaptarse a las nuevas tendencias.

Lo único que ha cambiado verdaderamente son las máquinas, hoy potentísimos aparatos que facilitan la labor de los fotógrafos; pero es curioso, cuando quieren hacer una foto de “verdad”, guardan su cámara con una velocidad de una ochomillonésima de segundo, medición matricial 3D, flash de gran potencia, y sacan su Leica del pequeño bolsillo de su pesada bolsa.

Conocemos el mundo gracias a la fotografía, es nuestra memoria colectiva. Todos recordamos la historia por una imagen. Por ejemplo, de la guerra del Golfo todos vimos los bombardeos nocturnos retransmitidos por la CNN, pero lo que tenemos grabado en la mente es la imagen, de Sebastiao Salgado, de unos bomberos agotados, impotentes y sucios tratando de cerrar los pozos petrolíferos. O nos sentimos mal cuando a la hora de comer vemos, en el telediario, de nuevo el hambre en Etiopía, pero cuando esta imagen aparece en la página del periódico, las entrañas se remueven y estallan. ¿Por qué sucede esto? El reportero tiene 24 imágenes por segundo para mostrar la realidad, pero el fotógrafo sólo tiene un negativo para expresar el horror y la injusticia, y vuelca toda su experiencia en él.

Pero la fotografía ha conquistado otros campos, además del periodismo. Es la reina indiscutible de la publicidad. Una empresa tiene asegurado el éxito si contrata a un fotógrafo de prestigio para su próxima campaña. ¿ O vais a comparar el anuncio de Desguaces Armando con el de algún perfume francés? La foto del supuesto taller será la puerta del establecimiento con el dueño con americana y corbata, estará sobrexpuesta y tomada al mediodía; sin embargo, la foto de la fragancia mostrará, en blanco y negro, a un hombre y una mujer desnudos, columpiándose, envueltos en una luz maravillosa. Mucha sofisticación, pero esta foto ha pasado a la historia. La otra simplemente es una instantánea.

Afortunadamente, la fotografía no ha olvidado la vida cotidiana, el día a día de todos nosotros. Son muchos los fotógrafos que llevan siempre su cámara por lo que pudiera pasar, que están pendientes de la gente corriente mientras los famosos posan en lo alto del estrado rodeados por los destellos.

La fotografía está ahí para socializarnos, pues aunque la comunicación por excelencia es el lenguaje, resulta interesante descubrir a los demás cómo miramos; ya se sabe, los ojos son el espejo del alma.

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