La semana pasada nos llegó la noticia de la destitución de Pablo Juliá, director del CAF. Y lo que es más grave, sin nombrar sucesor alguno. Todo indica que es el fin del Centro Andaluz de Fotografía.
A muchos la noticia nos ha llegado a través de carta abierta a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía de José María Mellado, que se ha publicado en La voz de Almería. Y todo antes del 25 aniversario del sueño que materializó Manuel Falces:
Acabo de conocer la preocupante noticia de que la Junta no renueva en su cargo como director del Centro Andaluz de la Fotografía a Pablo Juliá y –lo que es peor- no parece haber ninguna intención de nombrar a otra persona para su puesto. Y siento la necesidad –y la obligación moral- de elevar mi protesta más firme ante ustedes.
Cuando destituyen al director, máximo responsable de un centro cultural, y no se nombra sucesor alguno, significa que los de arriba no tienen interés alguno en mantener con vida una institución cultural. A lo mejor los políticos pretenden dejarla morir…
La historia del CAF
El Centro Andaluz de la Fotografía ha sido durante veinticinco años una de las referencias más sólidas del mundo de la fotografía en España. Desde la lejana y calurosa Almería. En la punta del país. Y todo gracias a la visión de Manuel Falces, una de esas figuras poco conocidas al que se le debe mucho.
Él organizó el Proyecto Imagina a principio de los años 90, con motivo del V centenario del descubrimiento de América. Tuvo la idea de reunir en Almería a alguno de los mejores fotógrafos del siglo XX: Bernard Plossu. Evgen Bavcar, Françoise Núñez, Gabriel Cualladó, Graciela Iturbide, Jean Larivière, Martine Franck, Mimmo Jodice, Rene Burri, Roland Laboye, William Klein, Cartier-Bresson, Abbas, García Rodero, Martin Parr, Toni Catany, Graciela Iturbide, René Burrí, Claude Norí…
La idea era que vinieran una semana, con todos los gastos pagados e hicieran un trabajo en las tierras almerienses. Se comprometían además a entregar cinco obras para una exposición y para un catálogo. De aquel fondo nació el Centro Andaluz de Fotografía, fruto de las 456 imágenes que dieron forma al proyecto colectivo más importante de España.
Era necesario crear un lugar donde guardar ese fondo único. Y con el apoyo del gobierno de entonces y el empeño de Manuel Falces se crea un centro de referencia de la fotografía, en la tierra de algunos de los más grandes fotógrafos españoles.
Desde entonces, hace ya casi veinticinco años, han luchado para llevar el nombre de Almería, de Andalucía, por el ancho mundo como un lugar que vive por y para la fotografía.
Es un referente único con el que parece que quieren terminar. Pronto empezará a sonar la historia de que desde la administración pública no se pueden promover ni mantener centros culturales, que no hay dinero, bla, bla, bla…
¿El principio del fin?
Desde que Pablo Juliá tomo las riendas en 2007 el centro ha sufrido todo tipo de recortes, y aún así ha logrado tener en sus paredes algunas de las mejores exposiciones que han circulado por España.
Su equipo de 15 personas ha hecho lo imposible por mantener algún que otro taller de los muchos que hacían con el apoyo de algunas grandes, medianas y pequeñas empresas. Parecía que la fotografía podía subsistir.
Hasta ayer, cuando Pablo Juliá se ha despedido con el dolor de no poder estar en el 25 aniversario del centro. Con la incertidumbre de saber qué le pasará a su equipo, qué será del Centro… Pero con la seguridad de los hombres sensatos de que al final todo irá bien y que los políticos no tirarán por la borda todo el trabajo hecho:
Almería y el CAF han ido de la mano. Hemos traído lo mejor del mundo en fotografía y aportamos patrimonio al mundo. Todo desde esta ciudad y desde Andalucía. No voy a cansarles con una lista interminable de lo que el CAF ha podido hacer. Me habéis oído decir hasta la saciedad que no hemos hecho todo lo que queríamo, pero lo que hemos hecho lo defenderemos con uñas y dientes, con sudor y lágrimas.
Sólo he estado una vez en Almería, sólo una vez traspasé las puertas desde la plaza Manuel Falces (junto con la plaza Carlos Pérez Siquier creo que es la única ciudad del mundo con tantos homenajes a los fotógrafos), y siempre me han quedado ganas de volver… Espero poder hacerlo en un futuro.