De nuevo rebusco por los artículos ya escritos, y encuentro esta reseña sobre la última exposición en Madrid de Chema Conesa. Espero que os guste:
«A raíz de la exposición que estos días se ha inaugurado en Madrid, en la sala Alcalá 31, de Chema Conesa, me he dado cuenta de las ventajas que tenemos los que somos fotógrafos y disfrutamos con una cámara al hombro llueva o truene. Un fotógrafo tiene la suerte de conocer a mucha gente. Y Chema Conesa los inmortaliza como nadie.
La exposición del fotógrafo Chema Conesa, en la madrileña sala Alcalá 31, es una retrospectiva de toda su obra, incluida dentro de la sección oficial de PhotoEspaña 2014 y organizada por la Comunidad de Madrid. Los comisarios son el premio nacional de Fotografía Ramón Masats y el presidente de PhotoEspaña, Alberto Anaut. Pocas veces se ve tan claro la ventaja de ser fotógrafo.
Cantaba Sabina en La del pirata cojo, a las profesiones más apetecibles, e incluía ser fotógrafo del Playboy. Yo simplemente diría que fotógrafo. Es una de las mejores cosas que podemos ser en esta perra vida. Hay pocas actividades en la vida que te permitan acercarte tanto a las personalidades de la cultura, la política y el deporte. Y Chema Conesa es un ejemplo perfecto.
El trabajo de Chema Conesa, Retratos de papel, consta de 109 retratos de Miguel Delibes, Leonard Cohen, Coppola, Penélope Cruz, Eduardo Chillida, Fernando Alonso, Ferrán Adria… y un impresionante vídeo con una pegadiza música en la que aparecen 200 personajes más. Es apabullante la cantidad de personas que ha disparado con su peculiar estilo, muchas veces en escasos 15 minutos, como cuenta Rosa Montero en el fabuloso catálogo que ha editado La Fábrica para la ocasión.
Porque hacer un retrato para la prensa no se puede contar con todo el tiempo del mundo. El periodista tiene derecho a estar más tiempo preguntando que tú fotografiando y durante la retahíla de preguntas tienes que pensar, con lo que llevas encima y en el lugar en el que estás, cómo hacer una fotografía que destaque y merezca ser portada de la revista o al menos abra el artículo decentemente.
La forma de trabajar de Chema Conesa ha cambiado poco con el paso de los años. Lo más importante es integrar bien al sujeto con el entorno y en algunos casos jugar con él, desde fotografiar la cabeza rapada del Dalai Lama a disfrazar a las personas de las cosas que les hubiera gustado ser. En este sentido impresiona ver al serio Camilo José Cela con el uniforme de yudoka.
Además de la idea, llaman la atención los encuadres, la mayoría de las veces muy clásicos, pero otras veces se arriesga hasta límites insospechados con unos resultados espectaculares, como la increíble foto del antiguo presidente de España, Felipe González, en la que se le ve en una pequeña ventana iluminada, mientras que todo el palacio de la Moncloa permanece a oscuras. Todo un ejercicio de estilo y un atrevimiento en la época.
Pero una de las cosas que más me han gustado de la exposición, que recomiendo ir a ver sin más dilación si vives en Madrid, o tienes la oportunidad de acercarte es el dominio de la luz, el dominio de la técnica. Chema Conesa ilumina como pocos, combinando la luz natural con la luz de sus flashes portátiles, que no duda en mostrar en algunas de las fotografías para demostrar que no hay trampa ni cartón. Como dice en la entrevista que podemos leer en el catálogo junto con el gran Masats:
La técnica es el soporte de la imagen. La técnica es algo que hay que aprender, y que luego hay que olvidar, cuando decides qué tipo de fotografía decides hacer.
Esta es una de las exposiciones que más he disfrutado últimamente. El premio de Cultura de la Comunidad de Madrid 2011 es totalmente merecido, y se aprende mucho viéndola. Es una clase magistral para los que tenemos la suerte de disfrutar con una cámara al cuello o queremos conocer la historia de los últimos 35 años. Está en la calle Alcalá 31 y podremos verla hasta el 27 de julio de 2014. Y la entrada es gratuita».