Documental Los hombres de la viga

Los hombres de la viga, el documental de una fotografía mítica

La fotografía Los hombres de la viga es una de las más famosas de la historia. Es una escalofriante imagen de once hombres colgados a más de 200 m de altura en el momento del almuerzo. Sin embargo, no se sabía mucho de ella. En 2012 estrenaron el documental Men at lunch que cuenta todos los pormenores de la imagen.

Ahora que en España se cierran los cines por doquier para abrir tiendas de moda efímeras no tenemos otra opción que descubrir las películas y los documentales a través de páginas web, festivales… Es maravilloso, pero ver las cosas en nuestra casa nunca igualara la experiencia de disfrutar el cine en una sala oscura rodeado de parroquianos enamorados de la proyección en la pantalla blanca.

Uno de los últimos descubrimientos es este documental, Men at lunch, sobre una de las fotografías que más denuncias se llevaría si fuera realizada hoy. Son auténticos temerarios e inconscientes, cuando en los años 30 eran unos héroes que construían los edificios del mañana. En concreto, el Rockefeller Center de Nueva York, uno de los complejos de 14 edificios más conocidos de la ciudad.

Nada se sabe de los once hombres que están sentados en una viga que hoy se recrea en uno de los edificios de la zona y en la que cualquiera se puede fotografiar previo pago. Es del año 1932, pero ya en los años 20 Nueva York era la mítica ciudad de los rascacielos. Millones de personas fueron a la ciudad oscura que retrata Scorsese en Gangs of New York, y la transformaron en lo que es hoy, una ciudad donde todos queremos ir.

En el documental podemos descubrir todas las fotografías de los fotógrafos que documentaron como locos el resurgir de una ciudad que estaba sufriendo la crisis del 29. Llama la atención cómo estos hombres retrataron, con sus grandes cámaras de fuelle de la época, la construcción de los grandes monstruos de la ciudad que nunca duerme.

Hicieron miles de fotografías, pero la que más se recuerda es la que estamos viendo. Nos llama la atención como unos hombres parecen relajados, en el momento del almuerzo, colgados a 200m de altura. Y a los fotógrafos se nos eriza la piel imaginando cómo se tomó la imagen. Yo sería incapaz de hacer una fotografía así.

Desde un punto de vista técnico, la fotografía es buena. No se puede pensar en conseguir una gran calidad con aquellos medios en aquellas alturas, pero aquellos hombres lo hacían día tras día. Lo más llamativo es que el negativo, que se cree original, es de cristal y hoy en día está roto. Es increíble que alguien subiera tantos metros sobre el vacío para hacer una única fotografía. Imaginaos hoy en día ir a un sitio que nos puede costar la vida para hacer sólo un disparo. Es algo impensable. Sin embargo, esto era el pan nuestro de cada día de aquellos fotógrafos que no dudaban en ir a trabajar con sombrero.

Cuando vemos el negativo nos sorprende la nitidez y los detalles que se pueden descubrir, como un hombre fumando o la petaca que tiene en las manos el de la derecha.

La sospecha de Los hombres de la viga

Durante mucho tiempo se ha llegado a pensar que una de las fotografías más famosas de todos los tiempos es un posado. Es decir, que fue una campaña promovida por el propio Rockefeller para promocionar la construcción de sus rascacielos. La fotografía no dejaría de tener valor, pero ya no estaríamos viendo a unos obreros en su momento de descanso, sino a unos artistas equilibristas haciendo su trabajo. Este matiz es importante, desde luego.

Lo más curioso de toda esta historia, es que una de las fotografías más reproducidas y copiadas y que ha servido de inspiración para muchos homenajes, no tiene autor conocido.

Lo más curioso de toda esta historia, es que una de las fotografías más reproducidas y copiadas y que ha servido de inspiración para muchos homenajes, no tiene autor conocido. Es una fotografía de prensa, que apareció en el New York Herald Tribune, el 2 de octubre de 1932. Como era tradición, y como muchos siguen pensando que todavía es, no estaba firmada.

Durante mucho tiempo se pensó que era del gran Lewis Hine, pero últimamente se apuesta por Charles C. Ebbets. La verdad es que en el documental dicen desconocer al autor. Hubo muchos fotógrafos en esa construcción y no se atreven a apostar por nadie. Sin embargo, todos seguiremos temblando fascinados ante los locos obreros que construyeron la ciudad de los rascacielos.

Espero que podáis disfrutar del documental en la tranquilidad de vuestra casa. No es lo mismo que el cine, pero si apagáis la luz, os podéis imaginar que estáis en una enorme sala oscura.

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