Fotografía en el cine, Stanley Kubrick

Homenajes a las fotografías en el cine

Cuando vemos fotografías en el cine no dejamos de pensar que son homenajes que terminan inspirando a las películas. Los directores de cine y de fotografía buscan fuentes en la obra de grandes fotógrafos para dar forma a sus ideas en la pantalla. Descubramos algunas de ellas.

El cine es hijo de la fotografía. A partir de varias fotografías unidas se crea el movimiento. Pero esos planos maravillosos que vemos, en el mejor de los casos, en una sala oscura tienen su origen en fotografías o en el estilo de un fotógrafo particular. Muchas veces la relación es más que evidente, pero en algunos casos sólo los ojos más expertos son capaces de ver las influencias.

Para empezar podemos recordar las películas mudas del expresionismo alemán. Todos los amantes del cine, los que son capaces de todo por aprender a través de las películas, deberían ver todas las silentes. Cada plano de películas como El gabinete del doctor Caligari (1929) de Robert Wiene, Fausto (1926) de Murnau o la inolvidable Nosferatu (1922) del mismo autor, son fotografías inspiradas en los planos arriesgados de los grandes fotógrafos de la época, como el ruso El Lisitski, o el húngaro László Moholy Nagy. Lo más llamativo es que muchos planos de estas películas han inspirado a muchos directores de fotografía a lo largo de la historia como a Stanley Cortez en La noche del cazador (1955) o a Pete Kozachik en Pesadilla antes de Navidad (1993).

Todos los amantes del cine, los que son capaces de todo por aprender a través de las películas, deberían ver todas las silentes.

Pero no voy a seguir por este camino de las influencias dentro del cine, que sería interminable y muy interesante. Este artículo trata de fotografías o estilos de fotógrafos que han sido homenajeados en las películas.

La primera que me viene a la cabeza en La ciudad desnuda (1948) de Jules Dassin, una de las películas que mejor reflejan la vida de la Gran Manzana. Se rodó en la ciudad que nunca duerme con sus propios habitantes. Es puro cine negro, con muertes, detectives y mujeres fatales. Quien la haya visto no podrá dejar de recordar la obra del gran Weegee y su libro Naked city, que inspira todo el conjunto. Por supuesto, El ojo público (1992) de Howard Franklin, película inspirada en la vida de Weegee, tiene la estética de su trabajo.

Y si seguimos con las biografías, la película basada muy libremente en la vida de Diane Arbus, Retrato de una obsesión (2006) de Steven Shainberg, la estética y las fotografías que aparecen son un claro homenaje a la gran artista suicida. Otra cosa es que sea buena, que muchos lo cuestionamos. Su universo era sumamente duro y asfixiante, pero una cosa es el submundo que adoraba y otra que acabe como amante de un hombre lobo. Por eso prefiero el homenaje que le hizo su amigo Stanley Kubrik en El resplandor. Esas dos niños al fondo del pasillo que ya no me dejan dormir están inspiradas en una de sus más célebres fotografías.

Fotografías en el cine
Diane Arbus

Una película mítica que no está entre mis favoritas (prefiero mil veces el cuento de Cortázar, Las babas del diablo, que la inspiró) es Blow up en la que un fotógrafo se obsesiona con la posibilidad de resolver un misterio a través de una fotografía. No se puede negar que la estética del film es muy atrayente, y viene del estilo de Don McCullin, el famoso reportero de guerra, que da ambiente a ese Londres loco de los sesenta. También están presentes las miradas de John Cowan, figura que inspira la manera de fotografiar a Veruschka, David Bailey y… Todo surge de la historia que contó Sergio Larrain al bueno de Cortázar que aparece en una de las fotografías de la película.

No podemos olvidar, dentro de este artículo la famosa fotografía de Joe Rosenthal que inspiró la película de Clint Eastwood Banderas de nuestros padres (2006). O la maravillosa primera media hora de Salvar al soldado Ryan (1998) de Steven Spielberg basada en las míticas fotografías de Robert Capa del desembarco de Normandía. O la excelente ambientación de Imágenes del alma (2010) que recrean cada instante de los últimos días del apartheid en Sudáfrica según las fotografías de los miembros del club del Bang-Bang.

En algunas ocasiones se han recreado fotografías en las películas como un claro homenaje como puede ser la famosa fotografía de Ramón Masat en La mala educación (2004) de Pedro Almodóvar; o los planos abiertos de Erase una vez en América (1984) de Sergio Leone que nos llevan a las fotografías de los años veinte de Jacob Riis. También de esta época es la famosa fotografía de Lewis Hine en la que un fuerte obrero aprieta con una gran llave inglesa una tuerca que Chaplin, en Tiempos modernos (1936) homenajea cuando su personaje se pierde por los engranajes de la gran máquina.

O si miramos a nuestro cine la referencia más clara que podemos encontrar es la estética de Blancanieves basada en la obra España oculta de Cristina García Rodero, como reconoció el propio director. Y por supuesto las imágenes de Atín Aya que llenan cada hueco de La isla mínima. Lástima que el gran fotógrafo no pudo saborear las mieles del éxito y que llegaran a decir que más que su trabajo lo que inspiró a Alex Catalán era la serie True Detective.

Seguro que muchos de vosotros recordáis muchos más momentos que los que señalo en esta ecléctica selección que os presento. El buen cine esconde muchas fotografías que esperan ser descubiertas.

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