Sigma 50 mm

Prueba Sigma 50 mm f1.4 DG HSM «ART»

En FERFOTOblog voy a seguir con las pruebas de diversos productos relacionados con la fotografía. Creo que es la mejor forma de dar a conocer cámaras, objetivos (como este  Sigma 50 mm f1.4 DG HSM «ART») y demás accesorios para que todos conozcamos mejor ese objeto de deseo que queremos a toda costa o necesitamos a cualquier precio. Por supuesto que sólo será una opinión, pero espero que merezca la pena contar con ella.

Las pruebas que haré a partir de ahora seguirán la dinámica de siempre. No haré pruebas de laboratorio en situaciones estándar para ver cómo responden las cámaras o los objetivos en situaciones controladas. Para eso tenemos entre nosotros los interesantes análisis de DSLR Magazine o las exhaustivas y frías pruebas de DxOmark.

En FERFOTOblog sacaré los equipos a la calle y trabajaré con ellos en situaciones reales, como si fueran parte de mi equipo habitual. A raíz de los resultados, daré una puntuación y valoraré su calidad tras las pruebas de campo. Si todo va bien veréis por aquí diferentes equipos que tengan el más mínimo interés para la fotografía…

Metodología de la prueba

Sigma sorprendió a todos cuando decidió hace tres años sacar al mercado la gama de objetivos ART, con la premisa de fabricar los mejores objetivos posibles para la nueva hornada de cámaras del mercado, para poder aprovechar esos millones de píxeles que pocos pueden aprovechar realmente.

Porque no tiene sentido comprar una cámara con un sensor puntero y ponerle un objetivo de la vieja escuela, con muchos años encima. Y si no lo sabéis, o te compras un objetivo de primera línea o no podrás disfrutar de la resolución real de los sensores de más de 20 Mp.

Y una idea que parece que va quedando clara es que los objetivos fijos (por favor no digáis lentes como algunos blogueros encantados de haberse conocido. Es una mala traducción de lens) siempre van a dar más calidad que los objetivos zoom. Es una vuelta a los orígenes, y esta vez obligados por la tecnología. Y si nos ponemos a hablar de sus virtudes fotográficas, muchos dejarían sus zoom olvidados en el fondo del armario.

Este Sigma 50 mm f1.4 DG HSM «ART» lo he probado con mi Canon EOS 5D Mark II, y además lo he comparado con los resultados que da el Canon EF 50 mm f1.4. La idea es ver también si la diferencia de años, tamaño, precio y supuesta mayor calidad está justificada.

Todas las fotografías, en este caso, están hechas con trípode y con el espejo levantado. Quiero que las fotografías sean perfectas en ambos casos. Y una advertencia, todo depende totalmente de la cámara empleada, y en absoluto se puede dar como definitiva esta prueba, pues con otra cámara, aunque sea la misma, los resultados pueden ser distintos. Sólo es una referencia, pues pocas veces la combinación de una cámara digital con un objetivo da el mismo resultado.

Sigma 50 mm f1.4 DG HSM «ART»

Es un objetivo diseñado para conseguir la máxima calidad sin apenas limitaciones. En principio es verdad, porque aunque es caro, no llega a los 4000€ que cuesta su equivalente en Zeiss, el Otus 1.4/55. Si fuera tan cara, muy pocos tendrían acceso a él. Y por lo que dicen en la red, el sobreprecio de la bestia alemana no está del todo justificado, sobre todo si lo comparamos con la joya del fabricante japonés.

Pero el precio es el único parámetro en el que quizás se ha escatimado, aunque sea el doble de caro que muchos objetivos equivalentes, como el Canon con el que lo vamos a comparar. No podemos olvidar que está diseñado para sensores de formato completo, de 24×36 mm.

El Sigma 50 mm f1.4 DG HSM «ART» pesa 815 gr, mide 100 mm, tiene un diámetro para los filtros de 77mm. En la mano parece que estamos trabajando con un teleobjetivo medio en vez de uno normal. Si algo se le puede achacar es que no está sellado contra las inclemencias del tiempo, pero para ser sincero este es el único problema. Y el peso, si es que te fijas en algo así cuando buscas la máxima calidad.

En su interior hay 13 lentes en ocho grupos, de las cuales una es aesférica y tres en vidrio de dispersión de color super-baja SLD. El diafragma tiene 9 palas que generan una abertura perfectamente circular para conseguir un efectivo bokeh. Estos datos técnicos evidencian la calidad del objetivo en cuestión, sobre todo si lo comparamos con el de Canon por ejemplo, que tiene 7 lentes en 6 grupos, 8 palas para el diafragma, pesa 290 gr…

Pocas veces he tenido en las manos un objetivo que de tanta confianza por sus materiales, su sólida construcción y sus perfectamente dimensionados. Veamos si sus resultados son acordes con las expectativas…

En la calle

Hay que salir mentalizado a la calle con él. Es pesado y grande, pero es el precio que tenemos que pagar para tener la máxima calidad posible con una cámara con un sensor de 24×36 mm. Si esto nos supone un problema, a lo mejor tenemos que ir a por máquinas con sensores más pequeños.

Mucha gente se ha comprado este objetivo por las buenas críticas que recibe. Y tengo que confesar que tenía expectativas muy altas con él, y que las ha sobrepasado. El único problema que he tenido es que es imposible ser discreto con él.

La calidad de imagen es muy alta en todos los diafragmas, y tenemos que apreciar el realismo de los ingenieros de Sigma, que en un gesto sin precedentes son capaces de prescindir de un diafragma 22 para evitar que caiga la calidad general del conjunto. Tendremos menos profundidad de campo, pero a cambio de tener siempre calidad.

Da igual el diafragma que seleccionemos. El viñeteado es casi inexistente a f1.4 y para encontrar aberraciones cromáticas hay que forzar la situación, pues en condiciones normales no he conseguido encontrar atisbo alguno. Por supuesto, si cerramos a diafragmas medios, la calidad de imagen sube, pero si por algo se caracteriza es por la homogeneidad desde f1.4 hasta f16.

No hay distorsión óptica apreciable, por lo que podemos contar con él para la difícil y técnica especialización de fotografía arquitectónica. Y por supuesto para cualquier especialidad. Eso sí, en combinación con una cámara de última hornada el grado de detalle es tan alto que seguramente revelará detalles invisibles para otras combinaciones más sencillas. No puedo imaginar cómo puede llegar a reproducir una piel este objetivo con la Nikon D810.

Comparación con el Canon EF 50 mm f1.4

A estas alturas parece que estoy comparando churras con merinas, por usar un dicho popular. Pero ambos objetivos cubren el mismo ángulo de visión, comparten luminosidad y están diseñados para un tamaño de receptor, ya sea químico o digital, de 24×36 mm.

En un primer momento se puede llegara pensar que las diferencias existirán, pero que serán mínimas. Nada más lejos de la realidad. Si has tenido la mala suerte de probar un Sigma 50 mm f1.4 DG HSM «ART» que no sea tuyo, no querrás poner otro objetivo en tu cámara.

f1.4centro

Para comprobar que no exagero, y para no apabullar, voy a comparar la respuesta de ambos objetivos con algunos diafragmas, en el centro y en las esquinas. Las fotografías no llevan ningún ajuste ni corrección; los objetivos no han sido calibrados, algo que daría mejores respuestas en ambos casos si utilizamos el enfoque automático, pero he preferido mostrar todo con los ajustes de fábrica.

f8esquina

Las fotografías realizadas con el Sigma tienen mucho más contraste con el diafragma abierto, y la respuesta en las esquinas, y en el centro es superior. Y casi no hace falta comprobarlo con los archivos al 100%. La definición es mucho más alta.

f16extremo

Algo que decanta la balanza definitivamente hacia el Sigma es que el recorrido del anillo de enfoque es mayor y mucho más preciso, por lo que si nos decantamos por el enfoque manual, algo que he hecho para que la ausencia de calibración no sea una factor a tener en cuenta en esta prueba.

Conclusión

No sé cómo podemos vivir sin este objetivo la mayoría de los fotógrafos. Es así de sencillo y así de duro. Si queremos calidad hay que pagarla, no queda más remedio.

Pero si nos gastamos el dinero en una cámara puntera no tiene sentido conformarse con menos. Una 5D con un 24-105 mm, por poner un ejemplo de objetivo sobrevalorado, es tirar el dinero. Con un objetivo como el Sigma 50 mm f1.4 DG HSM «ART» es aprovechar todo el potencial de las grandes cámaras. Podemos utilizarlo para cámaras con sensores más pequeños, por supuesto, y se comportaría como un tele medio, ideal para retratos.

Y no se nos puede olvidar la necesidad de calibrar el enfoque de nuestra cámara para sacar todo el potencial de este y cualquier otro objetivo. Para los objetivos Sigma existe el USB Dock para actualizar el firmware y calibrar el enfoque.

Y como siempre, si no vamos a hacer copias en papel, y no vamos a trabajar con grandes ampliaciones, realmente no es necesario comprarse este objetivo, ni siquiera una cámara de formato completo… Pero esto es otra historia.

Por menos de 1000€ tenemos la posibilidad de tener un complemento perfecto para nuestra cámara y lograr la excelencia técnica. Eso sí, no sirve para hacer buenas fotos. Eso es otra cosa que depende de nosotros.

2 comentarios sobre “Prueba Sigma 50 mm f1.4 DG HSM «ART»”

  1. Muchas gracias por es comentario. Me parece genial la forma de expresarte. Me ha servido de mucho.

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